Fotografías de Manolo Espaliú para Clara Hábitat.

La propiedad requería crear un concepto de oficina con espacio de trabajo confortable y de atención a clientes de forma cercana. El local con su gran ventanal aportaba la cercanía y transparencia que se buscaba. La localización no es casual, en el Centro Histórico de Sevilla, entre los barrios donde lleva a cabo sus proyectos. El espacio requería mantener la amplitud, pero compartimentar parcialmente los espacios para crear distintos ambientes.

Junto a la entrada y con vistas desde la calle se propone un gran espacio de bienvenida y atención al cliente que recrea un estar propio de vivienda. Un espacio confortable con suelo de madera de roble en «punta hungría», con sofás y sillones crema, que contrastan con la informalidad del color de los puff de terciopelo. Este espacio dispone de una gran cortina de terciopelo azul ceniza, en todo el frente a la calle para conseguir privacidad y controlar la luz.

Una gran estantería de estructuras metálicas negras con cajas de robles compartimenta las estancias, pero permitiendo una continuidad visual con luz natural. La zona de trabajo se resuelve con una gran mesa central que permite adaptar el espacio de forma cómoda a las variantes de personal. Descuelga una gran lámpara de techo lineal que ilumina eficientemente la superficie de trabajo contrastando con la oscuridad del techo.

El suelo original de hormigón pulido se mantiene, ayudando a crear otro ambiente a pesar de estar directamente comunicado con el resto. Se recrea un tercer espacio para reuniones breves con una mesa circular, acompañadas con sillas tapizadas y brazos. La distribución se corona en la parte más oscura, como fondo con un pequeño office, que convive con la reprografía y acceso al aseo.