Fotografía profesional de arquitectura

 

La importancia de la fotografía en la arquitectura.

Todos sabemos que la representación arquitectónica, primero con dibujos y pinturas y desde mediados del XIX a través de la fotografía, está firmemente ligada a la difusión de la arquitectura. Siendo disciplinas artísticas muy diferentes, arquitectura y fotografía son profundamente dependientes una de la otra, ambas se necesitan. La arquitectura moderna solo se puede entender en su globalidad cuando se estudia conjuntamente con la fotografía (y con el cine, la publicidad, etc.) y no

podemos olvidar que la fotografía más antigua que conocemos, tomada en 1826 por Niepce, tuvo un edificio como tema. Desde un prisma personal, como todos, aprendí mucha arquitectura viendo soberbias fotografías de grandes maestros en revistas y libros de la biblioteca de la Escuela de Arquitectura en mi época de estudiante y fue cuando decidí aprender a fotografiar con el objetivo de comprenderla mejor. Así pasamos de convertir una herramienta en una pasión y una profesión.



Sin embargo, la arquitectura depende también en gran medida de la fotografía, al menos para su documentación, difusión y mejor comprensión. Viajar para conocer muchos proyectos es caro, más allá del típico viaje para visitar Ronchamp o la Villa Tugendhat y nada va a sustituir la experiencia de «vivir» un espacio arquitectónico pero no siempre es factible. Podríamos decir que desde que el Movimiento Moderno descubre la fotografía en el periodo de entreguerras y hace de ella su poderosísima aliada, la arquitectura no fotografiada es insignificante y

en la práctica académica y editorial no existe.

Cuando un proyecto de arquitectura notable recibe un premio, es publicado en una revista reconocida y con buena tirada es, casi huelga decirlo, porque hay arquitectura de calidad pero también porque ha habido un fotógrafo de arquitectura que ha sabido entender lo esencial del proyecto, documentarlo adecuadamente y transmitirlo. Podríamos decir que la fotografía colabora con la arquitectura para mantenerla viva.

Un reportaje fotográfico de un proyecto es, en muchos casos, la única versión que alguien va a poder ver de un edificio y ayuda a transmitir de manera rápida y efectiva la idea detrás del proyecto con el objetivo de entenderlo y apreciarlo, mostrando sus detalles constructivos, cómo se integra en su entorno y cómo se relaciona con las personas que lo usan. Mientras que croquis, planos y renders permiten al arquitecto mostrar su diseño de una manera detallada y precisa, las fotografías pueden mostrar el proyecto en su estado final. Por tanto, la fotografía puede y debe ir superpuesta a la representación digital, ambas son complementarias y necesarias.

El uso de un profesional de la fotografía arquitectónica es esencial para un arquitecto. Permite mostrar su trabajo de manera precisa y atractiva, capturando lo significativo de un edificio y los detalles necesarios, pero para ello se requiere un alto nivel de técnica y oficio, así como herramientas especializadas. Los fotógrafos de arquitectura interpretamos una obra en tres (o cuatro) dimensiones y la traducimos a las dos dimensiones del papel (o la pantalla) por lo que, en esencia,

deberíamos ser colaboradores esenciales del arquitecto. Un render es una versión digital de un proyecto en la cabeza de un arquitecto, de su visión, pero en mi opinión, los arquitectos necesitan que los fotógrafos agreguen una capa adicional y externa de interpretación. Como dijo Tadao Ando: «La cámara nos permite ver la arquitectura desde una perspectiva única, resaltando detalles y composiciones que a menudo pasan desapercibidos».

“Los mejores arquitectos son en parte lo que los mejores fotógrafos les han hecho ser y parecer. Luís Barragán es Armando Salas Portugal y Mies van der Rohe es Richard Nickel. Le Corbusier es Lucien Hervé. Richard Neutra es Julius Shulman y Richard Meier es Ezra Stoller.

Al final los arquitectos dependemos de los fotógrafos. Yo siempre he defendido que un mal arquitecto con un buen fotógrafo es un hipócrita y un buen arquitecto con un mal fotógrafo es un imbecil”

«Alberto Campo Baeza»

Un reportaje profesional de arquitectura ayuda a construir la identidad de su marca como arquitecto, permite mostrar su trabajo a muchos más posibles clientes y le hará destacar sobre la competencia. Hoy en día es necesario tener web y, mal que nos pese, hacer cierta difusión en redes sociales para llegar a nuevas audiencias. Para ello me encargo, de acuerdo con los arquitectos, del envío de los trabajos realizados a decenas de medios de arquitectura nacionales e internacionales por todos conocidos, aumentando la visibilidad de su trabajo.

Cuando conozca nuestras tarifas profesionales verá que rentabilizarlo es mucho más sencillo de lo que pueda pensar y que se obtiene mucho más de lo que cuesta.