Fotografías de Manolo Espaliú para inN Arquitectura.

La paz de los campos de dehesa del norte de Huelva fue la causa principal por la que arteventura eligió este paraje. La casa se ubica en la parte más alta de un complejo cultural de 25 hectáreas en torno al camino vertebrador de la finca. Esta privilegiada atalaya le proporciona una útil función de panóptico, al tiempo que disfruta de una mayor tranquilidad al ser la construcción más distante de la actividad creativa.

La vivienda debía ajustarse a una importante premisa, poder observar sin ser observado. Es por esto que las decisiones más relevantes están ligadas a la integración paisajística de la casa, la búsqueda de un perfil bajo exterior, especialmente, hacia la cuenca visual, la orientada hacia el valle. Así, se diseña un frente alargado y plano que, protegido por la vegetación, tendrá apariencia de muro de piedra . La voluntad de integración se hace extensiva a los restante paramentos, cuyos muros de perfil bajo se revisten en tonalidades semejantes a la de la dehesa.

En su organización interior, la vivienda responde a un esquema de gran claridad: dos cuerpos unidos por un pasillo con distribuidor que deja a un lado las estancias diurnas y de gestión del complejo, y al otro aquellas de descanso, más privadas. Unas como otras tienen en su entorno espacios para el disfrute exterior , abundando aún más en la relación con la naturaleza.

Es este un hogar diseñado para proyectar la mirada al exterior y dispone de amplios huecos en todas las orientaciones. Los interiores tienden hacia la neutralidad, con techos y paredes en blanco y baldosas de gran formato: el diseño de interiores está ideado para no distraer del foco de atención principal, la dehesa.

En este sentido, la piscina de fitodepuración natural adquiere aquí un gran protagonismo, configurando un eje que parte desde el interior de la vivienda, atraviesa la ventana panorámica y el borde infinito del agua y enlaza con las espléndidas vistas del valle.

Se consideraron las afecciones que la vivienda pudiera ocasionar: todas las instalaciones del complejo son autosuficientes,  fuentes de agua y de electricidad proceden del mismo emplazamiento. Unido a la calefacción de biomasa, anulan las emisiones de gases de efecto invernadero. En cuanto a diseño pasivo, el aislamiento de la  envolvente reduce la demanda energética. El gran ventanal cumple a su vez una función de efecto galería en invierno, pero está protegido por cortinajes en verano.